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Prácticas culturales celebradas en el Cementerio Central

IEl Cementerio Central se ha convertido en un escenario para la práctica de diferentes actividades y rituales que dan muestra de los valores culturales que tiene la sociedad frente a la muerte. Dentro de ellas se encuentran algunas celebraciones de fechas especiales, así como diversos rituales que se practican en torno a los muertos que allí se encuentran sepultados.

Tumba de Leo S. Kopp

 

A la escultura que representa a un hombre semidesnudo, sentado y en actitud pensativa, las gentes acostumbran susurrarle al oído sus peticiones principalmente relacionadas con la búsqueda de trabajo. Los creyentes acostumbran llevarle flores, brillar la escultura de bronce —de hecho, es la escultura más reluciente del Cementerio—, acariciarla, abrazarla y elevar una oración especial dirigida al empresario Kopp. Las personas que acuden a esta tumba tienen la creencia de que la escultura representa a Kopp, pero no es así: sin duda Victorio Macho —el escultor español que la hizo— se inspiró en El pensador de Auguste Rodin.

Tumba de "las gemelas"

 

Llamada popularmente de esta manera, en realidad se trata del mausoleo de la familia Bodmer, donde se encuentran los restos de cuatro hermanas fallecidas en la infancia, dos de las cuales murieron con un día de diferencia. Entre las hermanas no había gemelas, pero el hecho de que la escultura en bronce represente a dos pequeñas, aunque de diferente edad, propició que muchos visitantes pensaran que lo eran. Los devotos se sienten atraídos por el alma pura de las niñas que representa la escultura, pureza que facilitaría su intercesión para la obtención de favores que hacen sus peticionarios. 

Cartografía Rituales

de la Memoria

La Piedad

 

El dramatismo y la belleza de este monumento —imitación de La Piedad de Miguel Ángel— empotrado sobre la tumba del joven Ignacio Lago, primer monumento con el que se encuentran los visitantes al ingresar por el acceso principal del Cementerio, convoca las plegarias de los creyentes. Se trata de la imagen de una madre embargada por el dolor ante su hijo muerto, que causa el afloramiento de sentimientos profundos, inspira ruegos intensos y expresiones que rayan en el dramatismo entre los devotos. Ramos de flores desbordan en el regazo de la escultura y colonizan cualquier espacio donde puedan colocarse. A este monumento, quienes quieren aliviar su dolor le conceden caricias piadosas, le prodigan besos, le dirigen oraciones pronunciadas con profundo recogimiento y le piden clemencia y ayuda para enfrentar los problemas más agobiantes.

Tumba de José Raquel Mercado

 

Las flores de distintos colores que ofrendan los visitantes contrastan con el busto negro de este líder sindical, uno de los primeros secuestrados políticos por el grupo guerrillero M-19, ajusticiado luego de un supuesto “juicio popular”. Muchos de sus devotos dan pequeños golpes en la tumba para anunciar su visita, costumbre bastante extendida entre los deudos en general. Su condición de proletario, humillado y sacrificado sin compasión, quedó grabada en muchos de sus seguidores, que se acercan a pedirle ayuda en trances más difíciles. Irónicamente, uno de sus ejecutores fue Carlos Pizarro. 

Tumba de Julio Garavito

 

Sin duda, el detonante de la devoción por este personaje fue la inclusión de su imagen en los billetes azulosos de veinte mil pesos. Ello explica la pintura de color azul con la que sus seguidores pintaron la reja metálica que rodea su tumba, cuyo elemento más destacado es la columna trunca con cuerpos celestes que aluden a su trabajo como astrónomo. La mayor parte de quienes lo visitan son personajes del bajo mundo, como prostitutas, travestis prostituidos e incluso ladrones. Flores y veladoras son ofrendadas junto a oraciones, a cambio de lo cual esperan recibir dinero

Mausoleo de la familia Morales

 

Muchos de los creyentes en las almas benditas encontraron en este mausoleo, localizado en una zona poco frecuentada, el lugar ideal para practicar sus rituales devocionales, dada su forma de capilla de interior oscuro, con solo una reja como puerta de acceso —fácilmente franqueable—, dotada de un pequeño altar y abandonada por sus dueños. Como evidencia se encuentran inscritas en sus paredes, ahumadas por las velas, peticiones de los devotos, pequeñas cruces trazadas con los dedos o hechas con flores o trozos de madera. En la actualidad estas prácticas son realizadas de manera furtiva, debido a que están prohibidas por la reglamentación del Cementerio y a que se ejerce más vigilancia sobre el lugar. 

Fuente:
Diagnóstico PEMP Cementerio Central. QRZ (2010).
Bogotá Ciudad Memoria -  Cartografía de Rituales de la Memoria (http://centromemoria.gov.co/wp-content/uploads/2014/06/3.RITUALES-DE-LA-MEMORIA.-Cartografia-de-la-memoria.pdf)
 
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